enero 05, 2005

EL ADIOS DE DICIEMBRE NUBLADO


Ella yace, se tumba, reposa...


El cielo quería rasgarse,
el viento increíblemente sereno,
los violines melancólicos
sollozaban en mis oídos,
yo estaba cocido a ella,
mientras más me alejaba
más tensión y dolor causaba.

Destrozado, despedazado
es poco decir,
deshecho en penas,
dolido por el tumor del amor,
malestar benigno y mortal.

Los pensamientos
se derrumban sobre el papel,
se transforman en letras
que se entrelazan con sus ojos,
ojos que viajan tras mi,
ojos que me permito evitar,
ojos que no lloran…

¡Maldito diciembre!


¿Por qué sufrimos y lloramos inecesariamente?


PD: Doña poesía se hizo presente

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