RENUNCIA A LA POESÍA

No quiero ser poeta,
no quiero ver lo que otros no,
no quiero decir lo que ustedes no se atreven.
Renuncio a la poesía,
me extirpo los ojos,
me saco las uñas de pies y manos.
Lloro por cada orificio de mi cuerpo,
la poesía abandona mis venas,
recorre el piso
y suena al caer por el drenaje del suelo.
La poesía dejó de bombear mi corazón.