Veo todo escrito...

Entonces decidió que desde ese día en adelante no vería más el mundo, sino que lo comenzaría a leer… Leyendo el paisaje recorrió los caminos, leyó un roble y un nido en sus ramas, leyó el arroyo que recorre sus raíces, leyó la sabia en el interior de su tronco, leyó lo que todos los demás veían. Así comenzó cada vez más a encontrar la esencia letrada de las cosas y de las personas. Fue donde su amada y pudo leer al viento acariciando su cuello y dejando su refrescante aliento otoñal, pudo leer como la tierra se estremecía al sentir sus pies descalzos, pudo leer al cielo en su alegría de verla sonreír y entonces muy romántico le dijo:

- Leo en tus ojos mis besos, pero los leo con mayúsculas en tu boca, leo mis caricias en tu mentón, esas caricias que te he escrito con el espacio que hay entre mi dedo pulgar y mi índice…

¿Qué ves?, ¿Qué lees?